La propagación del virus en EE.UU. llevo el temor al parqué neoyorquino e hizo que los índices bursátiles de cayeran con fuerza sobre todo después de que el viernes el recuento mundial de infecciones por coronavirus superara las 100.000 personas y de que días antes California declarara la emergencia en el estado por el brote. 

El viernes, el Dow Jones se desplomó más de 800 puntos a primera hora y los inversores nerviosos se refugiaron en la seguridad percibida de los bonos y el oro.

El jueves el Dow Jones cayó 969,58 puntos o un 3,58%, el S&P 500 perdió 106,18 puntos o un 3,39% y el Nasdaq recortó 279,49 puntos o un 3,10 %. Los 11 principales sectores del S&P 500 terminaron en negativo el jueves, pero sectores como los servicios públicos y los productos básicos de consumo, bajaron menos que el mercado general.

El índice de volatilidad CBOE, el indicador de miedo de Wall Street, aumentó 7,62 puntos a 39,61.

Según datos de FactSet en lo que va de 2020 el Dow Jones ha registrado oscilaciones del 3% o más en cinco ocasiones, el máximo desde 2018, que tuvo precisamente cinco oscilaciones de este tipo durante todo el año. 

Los mercados financieros ven el virus como el catalizador que podría interrumpir la expansión económica más larga registrada en el país, ahora en su undécimo año consecutivo.

Para combatir la propagación del brote en Estados Unidos, el Senado aprobó un proyecto de ley de 8.300 millones de dólares después de que la Cámara de Representantes lo aprobara de manera abrumadora. 

Las compañías aéreas están siendo de las más afectadas por los efectos del Covid-19. De hecho, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo informó que las aerolíneas podrían perder hasta 113.000 millones de dólares en ingresos en 2020. Y las acciones de aerolíneas se derrumbaron esta semana un 8,2% al verse afectadas por la paralización en la demanda de vuelos. American Airlines se derrumbó un 13,4% el jueves, en el que fue su peor día desde 2016. Por su parte United Airlines cayó un 13,4% y Boeing retrocedió un 8,13 %. En parte, el problema del sector se debe a la cancelación o restricción de viajes de la compañías y el reemplazo de reuniones con videollamadas y eventos internacionales cancelados o transmitidos por Internet. Un ejemplo es Google de Alphabet que recomienda a los empleados en el área de Seattle que trabajen desde casa. Lo mismo ha hecho Twitter y el banco JPMorgan que han pedido a sus empleados trabajar desde casa. Además Google ha decidido cancelar su mayor evento anual de desarrolladores, de encuentro físico, prevista para mayo en Estados Unidos. 

Actuación de la FED

Los mercados también reaccionaban el martes al sorpresivo recorte de tipos de interés por parte de la Reserva Federal con el fin de impulsar la actividad económica y combatir los efectos perjudiciales de la expansión del coronavirus en la economía mundial. Es la primera vez que se toma una decisión de emergencia de esta magnitud en la política monetaria en Estados Unidos desde la crisis financiera de 2008 y se ha hecho por unanimidad de todos los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto. El precio del dinero se sitúa ahora entre el 1 % y el 1,25 %. La Fed redujo las tasas tres veces en 2019 en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Para los consumidores, los tipos de interés más bajos pueden reducir las tasas de los productos minoristas, como las hipotecas y los préstamos bancarios. Y también es bueno para las empresas que buscan refinanciar deudas más caras. Sin embargo, los rendimientos más bajos son un problema para los inversores que buscan un rendimiento decente sin mucho riesgo.

Esta semana también ha caído el rendimiento del Tesoro estadounidense. El bono a 10 años cayó a un mínimo histórico por debajo del 1% (0,91%) y el bono a 30 años cayó 10 puntos básicos (a 1,54%).

Protagonistas empresariales

Las acciones de los bancos también sufrieron. El sector financiero se dejó más del 7% en la semana ya que la caída continua de los rendimientos del Tesoro pesó sobre las acciones bancarias sensibles a las tasas. Las acciones de JPMorgan Chase cayeron un 4,9% y Bank of America bajó un 5,1%.

Además otras empresas están previendo los daños que les provocará el virus y han recortado sus objetivos de ganancias para los próximos trimestres. General Electric, que emplea a miles de trabajadores en China, advirtió que su flujo de efectivo en el primer trimestre se vería afectado entre 300 y 500 millones. Por su parte Hewlett Packard informó de un ingreso trimestral menor al esperado y recortó su pronóstico de flujo de efectivo para el año citando restricciones de suministro debido al brote de coronavirus.

Los ministros de finanzas mundiales y los banqueros centrales conversarán para coordinar la respuesta económica al Covid-19. Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial han dicho que están preparados para usar todos los instrumentos a su disposición para atajar el “desafío económico” del coronavirus.

El Banco de Canadá ya ha seguido los pasos de la Reserva Federal de Estados Unidos y redujo sus tipos de interés en 50 puntos básicos, hasta el 1,25%. Australia hacía lo propio como medida frente al virus. 

En la semana también ha destacado el “super martes” electoral cuyo resultado ha influido también en el devenir de Wall Street. El miércoles, el mercado registró enormes ganancias tras el éxito moderado de Joe Biden en las primarias para la nominación presidencial demócrata. Biden es considerado por el consenso del mercado como un competidor ‘más favorable’ que Bernie Sanders en la nominación demócrata. El Dow subió un 4,1%, mientras que el S&P 500 se recuperó 3,8% el miércoles. El Nasdaq subió un 3,3%.

La semana nos ha dejado también otros datos de interés, como el de desempleo del mes de febrero que pasó del 3,6% al 3,5, cerca de un mínimo de 50 años. Según datos del Departamento de Trabajo, además, se produjo un sólido crecimiento de los salarios mensuales. Pero es probable que el sólido informe no capture completamente el impacto del coronavirus ya la propagación en Estados Unidos ha sido posterior. 

El déficit comercial de EE.UU. se redujo más de lo esperado en enero a medida que disminuyeron las importaciones, y es probable que disminuyan aún más a medida que el virus interrumpe el flujo de bienes y servicios. En concreto cayó un 6,7% hasta 45.300 millones de dólares. 

Además, los nuevos pedidos de productos fabricados en Estados Unidos cayeron más de lo esperado en enero y podrían caer aún más a medida que el brote de coronavirus en todo el mundo tensiona las cadenas de suministro y debilita el sector manufacturero. 

Una encuesta realizada el lunes por el Institute for Supply Management mostró que la actividad de la fábrica se estancó en febrero.La manufactura representa el 11% de la economía de EE.UU. Además de las interrupciones de la cadena de suministro, los economistas también esperan que las exportaciones se vean afectadas.

El crecimiento económico de Estados Unidos en la primera mitad del año se pronostica en torno al 1%. La economía creció un 2,3% en 2019. Para Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, hay más de un 50% de probabilidades de recesión”.

También esta semana la OPEP intentó un recorte de 1,5 millones de barriles de crudo producidos por día pero no logró asegurar un acuerdo con Rusia y otros productores que no pertenecen a la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Y todo porque el coronavirus ha provocado una caída en el consumo global de petróleo en un mercado con exceso de oferta. La propuesta de la OPEP de reducir el bombeo de al menos en 1 millón de barriles por día sería suficiente, según sus miembros, para equilibrar el mercado. El precio del barril de Brent del Mar del Norte (de referencia en Europa) se situaba el viernes en torno a los 46 dólares y medio, en mínimos de 4 años. Y el West Texas (de referencia en Estados Unidos) bajaba hasta los 42 dólares el barril. 

Por su parte, el oro, como activo seguro para los inversores sigue por encima de los 1.600 dólares la onza.