Los efectos del cambio climático son imposibles de ignorar. Temperaturas récord, fenómenos metereológicos extremos, cada vez más hielo derretido...A medida que la población mundial crece, la demanda de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y las temperaturas, van en aumento. La magnitud del desafío del cambio climático es inmensa, limitar sus consecuencias un reto y afrontar los cambios que se necesitan para hacerle frente una tarea que tendrá sus consecuencias también desde el punto de vista inversor.

Tema crucial para los inversores

Para Simon Webber, gestor del fondo Schroder ISF Global Climate Change, el cambio climático se ha convertido en un tema acuciante hoy en para los inversores. “Los objetivos establecidos en el Acuerdo de París para hacer frente al cambio climático requieren una descarbonización completa de la economía mundial, lo que significa que todo tipo de industrias necesitarán nuevas tecnologías de producción y nuevas formas de fabricación”, destaca. "Esto requerirá un conjunto de productos, servicios y tecnologías totalmente nuevos, diferentes a los que hemos venido utilizado en el pasado”.

En esta línea, Eva Cairns, analista de ESG de Aberdeen Standard Investments, asegura que las compañías y las economías se verán “obligadas a incurrir en costes importantes durante la transición mundial hacia fuentes de energía con bajas emisiones de carbono”. Por ello cree es que vital que tanto los inversores como los gestores de fondos entiendan cómo estos cambios van a afectar al valor de sus activos. “La evaluación de los riesgos y oportunidades del cambio climático debería constituir un componente central en los análisis de inversión que se realizan, así como la integración de los factores de medio ambiente, la sociedad y la gobernanza (ESG)”, subraya.

Pero estos cambios tampoco serán ajenos al mercado de renta fija. “La prima de riesgo de la renta fija apenas integra actualmente el riesgo climático”, recuerda Marie Lassegnore, gestora de fondos de La Française AM.

Beneficiarse del cambio

El gestor de Schroder tiene claro que “en el futuro va a ser muy importante que los inversores eviten las industrias y las empresas que no están bien posicionadas” para el cambio que supone afrontar el reto del clima. Y esa es la idea que comparten el resto de gestoras. No en vano, como recuerda Eva Cairns, “la transición a una economía con bajas emisiones de carbono requerirá grandes cantidades de capital privado para construir infraestructuras de energía renovable, transporte con bajas emisiones de carbono y mejorar la eficiencia energética”. Es decir, “se necesitarán inversiones inmensas en sectores y subsectores como muros de contención, tecnología de refrigeración o gestión del agua y del suelo, para adaptarse a los efectos físicos del aumento de las temperaturas”. Y habrá, por tanto, mucha selección que hacer por parte de los gestores para invertir en quienes afronten este reto con ímpetu.

Desde La Française AM Marie Lassegnore insiste en que “nuestro objetivo es dirigir los activos bajo gestión hacia las oportunidades que presenta esta transformación, protegiéndolos al mismo tiempo de los riesgos relacionados”. En este sentido, recuerda que “ante la necesidad de acelerar la financiación de la transición, hemos visto surgir el mercado de los bonos verdes”, un mercado que crecido de forma exponencial en los últimos cuatro años. “Tratamos de identificar las empresas que invierten en su transformación para financiarlas a través del mercado de bonos”, asegura.