Los bonos verdes son unos activos que han ido creciendo con gran fuerza en los últimos años y que han ofrecido a los inversores soluciones para ampliar su impacto ESG dentro de la cartera. Ahora, los bonos sociales crecen con el mismo objetivo, algo que cuenta Bram Bos, lead portfolio manager green, social and impact […]
Los bonos verdes son unos activos que han ido creciendo con gran fuerza en los últimos años y que han ofrecido a los inversores soluciones para ampliar su impacto ESG dentro de la cartera. Ahora, los bonos sociales crecen con el mismo objetivo, algo que cuenta Bram Bos, lead portfolio manager green, social and impact bonds de NN IP.
Los bonos sociales son bonos con un impacto social positivo. Las compañías y los gobiernos emiten bonos sociales para financiar proyectos sociales y contribuir así al desarrollo social. Estos proyectos tienen que generar beneficios para determinados sectores de la sociedad como las familias con rentas bajas, los desempleados, los individuos con poca formación y, en general, los grupos más vulnerables. Un bono social debe ir unido, por tanto, a uno o más objetivos de desarrollo sostenible.
Los bonos sociales ofrecen al inversor ser partícipes de la mejora del conjunto de la sociedad sin comprometer los rendimientos financieros. Estos bonos suelen tener la misma liquidez y accesibilidad que los bonos tradicionales sin añadir un mayor riesgo crediticio. Además, tienen una gran transparencia para saber cuál es el impacto real de estos bonos en la mejora social. Así, estos activos aportan transparencia y les dan a los inversores esa posibilidad de contribuir al desarrollo social sin tener que renunciar a los retornos financieros.
Nosotros esperamos que los bonos sociales sigan un camino similar al de los bonos verdes. El mercado de los bonos sociales era realmente pequeño antes de la pandemia, pero desde entonces hemos visto un gran crecimiento en este segmento de mercado. En 2019, solamente representaba un mercado de 17.000 millones de euros a nivel global, en 2020 las cifras ya eran de más de 134.000 millones. En 2021 se aceleró hasta los 175.000 millones y nuestras previsiones para 2022 es que tengan un mercado de 250.000 millones de euros. Aunque pensamos que es un mercado que todavía no es maduro, pero seguirá creciendo a un gran ritmo en los próximos diez años. Pero, es un mercado que ofrece oportunidades de inversión muy interesantes y bien diversificadas.
Tendrían que darles un tratamiento muy similar al que dan a los bonos verdes. Son bonos normales con el añadido de crear un impacto medible y tangible. Tienen las mismas características de riesgo/rentabilidad que los bonos tradicionales. El mismo riesgo de crédito y la misma liquidez. Así, son una buena oportunidad para aquellos que quieran lograr un impacto real positivo con sus inversiones y añadir una nueva
pata en su cartera de renta fija.
La respuesta corta es que sí. Lo social es nuestro próximo foco de interés. No olvidamos el impacto ambiental y los objetivos que hay entorno a ello, pero no dejamos de lado los criterios sociales dentro de la sostenibilidad y de los criterios ESG. Hasta ahora, la regulación había llegado a la parte ambiental, donde la taxonomía se está elaborando. Pero, no tardará en llegar también a la parte social creando una taxonomía, que ya está en camino.
El equipo dedicado a los bonos verdes y a los bonos sociales de NN IP es un equipo muy fuerte y muy sólido con un gran track record. Ahora, todo lo aprendido sobre el mercado de los bonos verdes lo estamos trasladando a los bonos sociales. Contamos con la infraestructura, la filosofía y los equipos adecuados para analizar y encontrar bonos sociales de interés para los inversores. Queremos trasladar todo lo que hemos logrado y aplicado para el mercado de los bonos verdes, al de los bonos sociales. Ofrecemos la experiencia de haber sabido analizar detalladamente este sector, que queremos trasladar para evitar el ‘social washing’ como hemos logrado hacer con el ‘green washing’. En cuanto al proceso de inversión, es exactamente el mismo por lo que nuestro trabajo puede ser muy predecible y con unos resultados muy similares a los que hemos logrado en el segmento de los bonos verdes.
Dar a los inversores la posibilidad de implementar los criterios ESG en sus carteras desde otras vías. Buscar otras soluciones y trasladar el trabajo bien hecho hasta ahora a este nuevo segmento de mercado.