El viernes el parqué neoyorquino se mantuvo en territorio positivo. El Dow Jones ganó 198 puntos, el S&P 500 subió 10 puntos y el índice compuesto Nasdaq aumentó 13 puntos.

El jueves los tres índices vieron sus mayores caídas de un día desde el 16 de marzo. El Dow Jones perdía el jueves 6,9% y el S&P 500 SPX se hundió un 5,9%. Antes de la caída, el S&P 500 había cotizado a 22 veces las ganancias esperadas, su nivel más caro desde el auge de las puntocom. El Nasdaq cayó un 5,3%, hasta los 9.492,73 puntos, un día después de registrar un récord superior a los 10.000 puntos, el mayor aumento de 53 días desde 2001. Donald Trump se vanaglorió en Twitter por el récord del Nasdaq y dijo que “se están haciendo enormes progresos, mucho antes de lo previsto”. 

Desde el mínimo de finales de marzo tanto el S&P500 como el Dow Jones subieron aproximadamente un 45%. En lo que va de año el S&P 500 bajó un 1,2% y el Dow Jones perdió un 5,4%. 

Desempleo, confianza del consumidor y precios al productor

Los movimientos del mercado se produjeron también después de que se conociera el número de estadounidenses que solicitaron beneficios por desempleo por primera vez, que aunque disminuyó nuevamente en la última semana, fue de 1,5 millones de personas, lo que suma ya 44,2 millones de estadounidenses en paro en tan solo 12 semanas. Unos datos que acumula la crisis provocada por la pandemia en la economía estadounidense. Según la Universidad Johns Hopkins las infecciones por coronavirus en EE.UU. superaron los dos millones y más de 112.000 personas han muerto por COVID-19. 

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, comentó que el país no cerrará la economía nuevamente, incluso si hay otro aumento en los casos de coronavirus.

Otros datos económicos de la semana fueron la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan que ha aumentado a principios de junio cuando los hogares aplaudieron la reapertura de los negocios y hubo un repunte sorpresivo en la contratación. El índice aumentó a una lectura de 78,9 desde 72,3 en mayo y afirma que entre los consumidores encuestados “pocos anticipan el restablecimiento de condiciones económicas favorables en el corto plazo”. Dos tercios esperan “malos tiempos financieros” durante el próximo año, mientras que la mitad anticipa una “recesión renovada”.

Esta semana también se dio a conocer el índice de precios al productor que se recuperó un 0,4% el mes pasado después de caer un 1,3% en abril. Estos precios fueron impulsados por un aumento del 40,4% en el costo de la carne en medio de la escasez debido a los brotes de COVID-19 en las plantas de procesamiento. Aunque la tendencia subyacente en la inflación de los productores sigue siendo moderada, en línea con una economía que está en recesión, los alimentos caros podrían ser una carga adicional para los consumidores en un momento en que los hogares están lidiando con un desempleo severo.

Previsiones pesimistas de la Fed

Los inversores también se mostraron preocupados por una sombría perspectiva económica de la Reserva Federal, que tras su reunión del Comité Federal del Mercado Abierto ha dicho que “la actual crisis de salud pública va a tener un gran peso en la actividad económica del país, en el empleo y en la inflación a corto plazo”. La Fed cree que la pandemia plantea riesgos considerables para las perspectivas económicas a medio plazo. 

La Reserva Federal ha mantenido los tipos de interés como estaban, entre el 0% y 0,25% como esperaba el consenso de mercado y ha anticipado que seguirán así hasta que estén seguros de que la economía del país ha resistido los eventos recientes. “No estamos pensando en subir las tasas, ni siquiera estamos se nos pasa por la cabeza”, explicó el presidente de la Fed, Jerome Powell. “Lo que estamos pensando es brindar apoyo a la economía y creemos que eso tomará algún tiempo”, continuó Powell. 

El banco central estadounidense también ha anunciado que seguirá comprando activos, a un tipo del 0% de manera ilimitada “al menos al ritmo actual”, al menos hasta finales del año 2022.

Sobre las previsiones económicas, Jerome Powell, advirtió que habría un “período extendido” en el que será “difícil para muchas personas encontrar trabajo”. Estiman que la tasa de desempleo se quedará este año en 9,3% y bajará hasta un 6,5% el próximo año. Para 2022 estiman que se quedará en un 5,5%.

La Fed proyecta una contracción del PIB 6,5% para este año, pero anticipa un rebote económico del 5% en 2021, seguido de un crecimiento más moderado de 3,5% en 2022. Y siguen teniendo confianza en una recuperación en forma de “V”. 

La expansión económica más larga en la historia de Estados Unidos ha terminado oficialmente, según ha comunicado la Oficina Nacional de Investigación Económica, que declaró que la recesión comenzó en febrero poniendo así fin a 128 meses consecutivos de expansión en el país. Se trata de la primera contracción de la economía desde el primer trimestre de 2014.

Algunos expertos creen que con una recesión sostenida habrá una segunda ola de despidos pero que esta vez, en lugar de afectar a los más vulnerables, llegará a puestos ejecutivos. 

Tesla entre las empresas más destacadas

La compañía de vehículos eléctricos, Tesla aumentó esta semana un 7,26% después de que las ventas en China de vehículos de su Modelo 3 fabricados en Shanghai se triplicaron en mayo con respecto a abril. Esto llevó a que sus acciones alcanzaran el lunes los 900 dólares y a que sumaran un acumulado del 13,3% en junio y en todo el año un 127%. Su capitalización bursátil se acerca a los 176.200 millones de dólares, por delante de la General Motors, Ford y Volkswagen.

La multinacional estadounidense, fabricante de dispositivos médicos, productos farmacéuticos y de cuidado personal Johnson & Johnson comunicó que en la segunda mitad de julio va a comenzar un ensayo clínicos en humanos para su vacuna experimental contra el coronavirus. Debido a este anuncio sus acciones subieron un 1,19%. 

Otra que ganó esta semana fue Apple, en concreto un 3,16%, después de conocerse que la compañía de la manzana va a anunciar que usará chips propios en sus ordenadores Mac. 

Petróleo 

También volatilidad en el precio del petróleo esta semana. El viernes, el Brent rondaba los 39 dólares y el West Texas se quedaba por debajo de los 37 dólares el barril, acabando con una racha de subidas debido a la esperanza de una gran demanda de gasolina, combustible para aviones y diésel en un momento en el que se van reabriendo las economías. Aún así, aunque la mayoría de los estados de Estados Unidos han aflojado las restricciones a los movimientos que restringieron la demanda, el consumo de combustible se mantiene un 20% por debajo de los niveles normales, ya que los consumidores siguen siendo cautelosos.

El crudo estadounidense, el West Texas, había subido 80 dólares en siete semanas. El 20 de abril alcanzó un mínimo de -40,32 por barril. Mientras el petróleo de referencia mundial, el Brent, se había duplicado desde mediados de abril.