Desde los mínimos del mes de marzo, el Nasdaq 100 ha recuperado más de un 47%, el S&P500 casi un 40% y el Ibex 35 un 21%, un dato que no ha evitado que el selectivo español acabe de cerrar el peor semestre de su historia, al dejarse desde enero y hasta el cierre de […]
BolsasDesde los mínimos del mes de marzo, el Nasdaq 100 ha recuperado más de un 47%, el S&P500 casi un 40% y el Ibex 35 un 21%, un dato que no ha evitado que el selectivo español acabe de cerrar el peor semestre de su historia, al dejarse desde enero y hasta el cierre de junio más de un 24%. La reacción desde los mínimos, en todo caso, es muy evidente, lo que hace que el debate sobre la desconexión entre economía y mercados esté en el primer plano. “Las acciones de los bancos centrales han sido tan eficientes que las valoraciones del mercado han aumentado en general, pero se han desconectado de la situación económica real”, asegura Benjamin Melman, director global de inversiones de Edmond de Rothschild Asset Management.
Este experto tiene claro que “nuestro escenario de recuperación económica hace difícil extrapolar la contribución positiva del ciclo económico a las recientes revalorizaciones de activos·“. Y en la misma línea opina Pablo García, director general de Divacons-AlphaValue. “Se dice que las bolsas adelantan a la economía aproximadamente seis meses pero parece que ahora se han adelantado dos años porque esa recuperación parece que no llegará al menos hasta pasado ese tiempo. Hay un exceso de optimismo porque los niveles de demanda no se recuperarán hasta por lo menos 2022”, asegura.
La realidad de la economía
Para Chris Iggo, CIO Core Invesments de la gestora de fondos AXA Invetment Managers, es posible un rebote en forma de V en el PIB del tercer trimestre, pero cree que detrás de los titulares habrá un mayor desempleo, menores ingresos corporativos, precaución sobre el gasto de inversión y una mayor deuda de los gobiernos. “Estos fundamentos van más allá de las señales de recuperación superficial que implican los rebotes en los índices de los gerentes de compras y las ventas minoristas”, señala. De ahí su advertencia: “Revisemos dentro de tres meses cuánto del daño a la economía global ha sido reparado” porque “no se restablecerán todos los trabajos perdidos, no se reabrirán todas las empresas cerradas, no se pagará toda la deuda asumida”, apunta.
Por su parte, Stefan Scheurer, de Allianz Global Investors, también hace un llamamiento a la prudencia. “Es cierto que hay indicaciones de que la economía se seguirá recuperando, impulsada por las importantes medidas de política monetaria y fiscal, pero no hay que caer en un optimismo excesivo”. Este experto cree que no hay que desdeñar los repuntes de casos positivos de coronavirus, el enquistado conflicto comercial entre EE.UU. y China o las presidenciales estadounidenses de noviembre porque “podrían provocar un aumento de la volatilidad”.
Para los expertos de DWS, “en los últimos meses, todos los pronósticos de beneficios por acción son altamente inciertos. A medida que aplicamos una tasa de descuento muy generosa a flujos de ganancias altamente impredecibles, creemos que los mercados de valores puede que se hayan adelantado a sus perspectivas fundamentales”.
Incluso desde el propio FMI, en su último recorte de previsiones de crecimiento mundial se advertía de que “se ha producido una desconexión entre el optimismo del mercado financiero y la evolución de la economía global”. Una alerta que hace que el repunte de los dos últimos meses sea vulnerable a una reversión, dado que se apoya en las inyecciones de liquidez de los bancos centrales y va “por su cuenta” frente a las expectativas de evolución económica.
¿Qué esperar?
Pese a todas las señales, hay quien señala que los programas de compras de activos de los bancos centrales han establecido al menos un suelo para los precios de los activos. Aún con eso, Bert Flossbach, cofundador de Flossbach von Storch, y Tobias Schafföner, analista de la gestora, aseguran que, dado que “es improbable que la recuperación del statu quo de la economía real se produzca tan rápido como se espera actualmente, seguimos cubriendo parte de nuestra exposición a renta variable”. De este modo, se centran en empresas con beneficios altamente seguros, balances sólidos y potencial de crecimiento a largo plazo.
Para Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, “el momento de la verdad bien podría llegar a finales de verano” mientras que Paras Anand, CIO de Asia-Pacífico de Fidelity International, se pregunta si “el cambio en la estructura del mercado derivada del crecimiento de la inversión pasiva o basada en reglas”, implica que “desde un punto de vista histórico que el mercado ha perdido en parte su papel como mecanismo de descuento”.
Esa es la clave: ¿se está adelantando el mercado o los precios de las acciones pronostican correctamente lo que podría terminar como una recuperación de la actividad económica más rápida de lo esperado?. Según explica Mobeen Tahir, director de análisis en WisdomTree, “parece que si los mercados de valores tienen razón, la economía tiene mucho trabajo por hacer”.